miércoles, 31 de agosto de 2011

Mujeres de Venus, hombres de Marte, y los niños de... AMPANGA!!!

Creo que si los niños vinieran con un manual bajo el brazo, igual no serviría de nada, porque ellos todos los días te sorprenden con la independencia, y la capacidad de accionar y decidir por si mismos. Puedes preverlo todo, tenerlo todo bajo control y ellos terminan superando tus expectativas y siendo mas creativos que cualquier artista famoso, y aunque te partas el lomo formándolos a tu imagen y semejanza, terminan siendo una individualidad totalmente diferente a la tuya.
Sucede que mi buena amiga Carla se emociona porque Carolina se preocupa por los pobres niños africanos sedientos, y yo pienso en Carola cuando leo su comentario, porque madre al fin, me preocupo por quien será Carola en la vida -espero que no se parezca mucho a mi-, y sobre todo me preocupa si hago bien mi trabajo. ¿Soy una mala madre? No lo sé, pero a veces el fantasma de la culpabilidad me ronda. Aunque muchas veces sonrío orgullosa de las "salidas inoportunas" de Carola que la hacen ver como una niña madura e inteligente, otras muchas me asusta la facilidad conque mi hija transita de un extremo al otro en el espectro sentimental, aunque sus transiciones me confirmen que por lo menos tiene un gran talento artístico, y no un gran don de manipuladora.
Lo que no sabe Carla, es que unas semanas antes, cansada de pelearle porque a la hora de lavarse los dientes, deja el agua abierta sin control mientras canta y baila frente al espejo del baño, decidí darle terapia de choque. La senté frente al monitor, le busqué en Internet un documental bien crudo sobre la escasez de agua en África, con niños famélicos moribundos, mujeres extenuadas cargando un cubito de agua sucia kilómetros y kilómetros de camino, bajo el sol, el polvo, las moscas, el paisaje mas desolador posible, y Carola, como siempre lo mira todo con grandes ojos abiertos y en silencio, cuando terminó el documental pensé que era mas que suficiente para que entendiera porque no debía derrochar agua, pero la muy... me miro con cara del gato de Shrek y me dijo: "¿Y qué mom? Eso no es mi culpa!!". Me desinflé frustrada y estuve toda la noche pensando que estaba criando un monstruo insensible. Por suerte, al escucharme maldecir sobre la lluvia, me aseguró que entre las bendiciones de llover, estaba que cayera agua para los pobres niños africanos sedientos y eso, vino a aliviar mis preocupaciones. Porque ya lo dije, Carola puede transitar de un extremo a otro sin arrugarse el vestido, ni ensuciarse los zapatos.
Hace mas de un año, la agarró con salvar el planeta y me pidió un dolar, a los dos días regresó de la escuela con una matica flaca envuelta en periódicos húmedos, me dijo que era un roble y que teníamos que sembrarlo urgentemente pa que el Planeta respirara. Yo rápidamente busqué una maceta grande donde sembramos al Roble Salvador, porque no había otra manera de tenerlo en el balcón del segundo piso donde vivíamos. Carola de vez en cuando se acuerda de él, -sobre todo cuando Disney Channel trasmite algún promocional de Friends for Change-, entonces va y y lo mira, le habla, lo riega, pero la mayoría de las veces la encargada de mantener con vida al Roble Salvador soy yo. Y el pobre roble sigue creciendo a duras penas en su maceta, un poco hacia arriba, se acomoda, otro poco hacia los lados, y lo que le falta pa ser un bonsai son dos semestres en el college. Solo espero que no me denuncien por maltrato "arboril" y sigo cuidando al pobre roble, porque por lo menos, ya Carola sembró su árbol...
Cuando Carola tenia 7 meses de nacida, una tarde se cansó de jugar sola en la cuna y empezó a llorar y formar lio para que la cargara, yo andaba apurada terminando de escribir un guion que debía entregar cuanto antes en el Canal 41, la cargué un rato, le hablaba intentando calmarla, le puse juguetes diferentes, música, pero ella seguía gritando y yo escribiendo apurada. Cuando vio que su perreta no conmovía mis sentimientos de madre primeriza, me miró desafiante, se metió una mano completa en la boca y vomitó. Primero me sorprendió que una bebé de 7 meses fuera consciente de manipular, y después me enfurecí porque una bebé de 7 meses no podía manipularme. La historia terminó con ella dormida cansada y sucia de vomito sin que yo la cargara, y yo finalizando mi guión a duras penas y con dolor de cabeza. Desde entonces, ella me desafía de todas las maneras posibles, y yo no cedo ni un milímetro, porque ya me acostumbré a ser el ogro de la familia, mientras su padre la malcría a manos llenas, y ademas, lo niega.  Y así andamos de confrontadas por la vida, porque creo que es necesario que Carola aprenda que no siempre es el ombligo del mundo, que ella es muy importante para mi, de hecho es lo mas importante de mi vida, pero necesito mi espacio para cumplir con mis tareas, responsabilidades y compromisos, de la misma manera que ella tiene que aprender a cumplir solita con las suyas. ¿Soy mala madre? No lo sé, sigo mi instinto y mi corazón, mezclado con todo lo que aprendí de mi madre y mis abuelas, y de todas las mujeres que me rodean, pero igual cada niño es diferente, cada momento diferente y cada crianza es diferente.
De esa época tengo enmarcada una foto de Carola donde está sentada en mi cama, con un vestido rosa de vuelos y abrazando tiernamente a un osito rosa de peluche mientras le muerde con ganas una oreja. Es una bebé regordeta, preciosa, todo rosa, todo tierno, pero esa mordida con ganas y los ojos desafiantes, los tengo enmarcados para siempre, porque creo que es la esencia de Carola, puede ser tierna y cariñosa pero a la vez, una niña fuerte e impositiva.
A veces está mirando TV en su cuarto, y yo en el mio alguna película o leyendo, entonces cuando ponen comerciales, viene corriendo y se me tira encima a llenarme de besos, y me dice: Mami vengo a comprarte!!! Le pregunto que quiere, y me dice, nada mom, solo comprarte!!! Entonces no queda de otra que reírme de sus ocurrencias y dejar que me compre, o por lo menos que se lo crea porque muchas veces me reprocho diciéndome que soy demasiado dura con ella y le exijo demasiado, sobre todo cuando monta perretas cuando le niego algo y llorando me dice con rabia: pero que mala eres, mom!!! O simplemente cuando empieza con el argumento de a mi amiga Nathalie la dejan... o mi amiga Anabella tiene... o mi amiga Isabella hace... y yo respiro hondo, y le digo: no me importan lo que le permitan a Anabella, Nathalie o Isabella, cada familia tiene sus reglas y tú conoces las nuestras, así que no me convencerás. Entonces vuelve con su cara de gato de Shrek y me dice: que mala eres mom, tu nunca me dejas hacer nada!!! Y tengo que hacer de tripas corazón, e impasible volver a respirar hondo y enumerarle todas las cosas que le dejo hacer, todas las buenas cosas que tiene y lo buena que es su vida, pero ella suspira como si el mundo estuviera quedándose sin oxígeno, enfatiza la cara del gato de Shrek y repite: igual, nunca me dejas hacer nada!!!! Y se va llorando a su cuarto. En esos momentos quien me diga que a un hijo no se le niega nada, tendrá la seguridad que termina en la sala de traumatizados del hospital. Porque realmente es muy duro negarle algo a un hijo y ademas, argumentarlo de manera que se convenza. Solo espero que algún día me lo agradezca, porque igual yo pasé por ahí en mi infancia, y no estoy tan afectada, creo... ¿Soy una mala madre? No lo sé!!
Carola aprendió a caminar a los 9 meses, no tenia casi dientes pero ya caminaba, y es que no le quedó de otra porque yo tenía que atenderla y escribir guiones pa ganarme algo de dinero, y mi salario era contra guiones aprobados que redondeaban el poco dinero que le pagaban a su padre por matarse trabajando en el Canal 41. Así que la ponía en el suelo, en uno de esos gym de bebés llenos de colores chillones, bichos escandalosos y música repetitiva y estridente, viendo DVD de Sesame Street. Yo escribía sin parar y la cuidaba, y ella exploraba sola el mundo a su alrededor pa buscarse el entretenimiento. De gatear, aprendió a moverse sola aguantándose entre los muebles, y nunca paró. Un día estábamos en la consulta del pediatra y a nuestro lado una madre con un bebé sentado en un coche, Carola y el bebé tenían la misma edad, pero Carola no tenía dientes y aquel bebé tenia mas dientes que una cabeza de ajos, y su madre orgullosa solo alababa los dientes de su bebé y lo hacia reírse pa que enseñara los dientes. Yo sonreía por compromiso y protestaba pa mis adentros, porque esta chiquilla mira la edad que tiene y no le salen los dientes... y en ese momento Carola empezó a intranquilizarse porque no quería mas estar sentada aburrida en el coche, y la saqué pa que caminara un poco. La madre del bebé dentuzo puso el grito en el cielo: ¿eh, y tu nena ya camina?, y yo extrañada le contesté que si, que camina con dificultad pero camina, y la madre del "mildientes" dice, pues el mío ni se sienta. Y ahí mismo como una madre orgullosa puse a Carola a caminar por toda la sala de espera, porque comprendí que las maldiciones de uno pueden ser las bendiciones de otro, y que debía estar contenta con la hija que tengo, tal y como es. Por eso sin que me tiemble la voz, le niego cualquier cosa si tengo un buen motivo pa hacerlo y va acorde con mis principios y manera de ver la vida, y no me interesa que me ponga de ejemplo al mismísimo Papa o me traiga a Obama pa que interceda por ella.
De la misma manera que aprendió a caminar a los 9 meses, le daba cucharadas de comida a los casi 4 meses pa que se acostumbrara a comer sólidos, cuando todas las madres a mi alrededor seguian alimentando a sus bebés con fórmula y papillita. Pero yo estaba sola con ella en un apartamento de North Miami Beach, su padre trabajaba a tiempo completo hasta las 12 de la noche en el Canal 41, no teníamos familiares cercanos que nos ayudaran, y yo tenia que aprovechar todo el tiempo posible pa escribir guiones, y ademas descansar pa tener la cabeza clara pa seguir escribiendo. Asi que le metía cucharadas de comida poco a poco, con paciencia, ella masticaba con trabajo, se atoraba, yo me asustaba, pero seguía y sobrevivió. De esa manera prescindimos de alimentarla cada tres horas, y como estaba saciada dormía casi toda la noche y nosotros descansábamos pa seguir trabajando. Recuerdo un dia en una fiesta de cumpleaños, que a una hora determinada todas las madres se levantaron con cacharros en la mano pidiendo permiso pa calentar la comida de sus hijos, una de las madres amiga mia me dice que estaba marcando en el microwave, que viniera con ella a calentar la comida de Carola, yo le dije que no habia traido comida pa Carola porque ya Carola comia de todo y de hecho, se habia metido mil croquetas, quinientos caramelos, ochocientos bocaditos y no se cuantos pastelitos de queso que son los que le gustan. La pobre mujer me miró con cara de denunciarme a la policia por maltrato infantil, pero ya yo estaba acostumbrada a esas reacciones, y seguí tranquila conversando con los demas, mientras Carola martirizaba sin parar al aparato de saltar, y los demás niños protestaban y lloraban porque las madres los estaban sacando de la diversión pa aburrirlos con la comida. Repito, ¿soy una mala madre? No lo se!!
Solo se que aprendí que somos especiales, que tengo una relacion especial con mi hija y que quizás no tenga mucho tiempo y paciencia pa jugar con ella a las muñecas, porque me gustan otras cosas y lo de jugar a las muñecas o a cualquier otro juego, realmente no se me da mucho. Prefiero que compartamos una buena película tiradas en el sofá comiendo palomitas, leerle un libro o que ella me lea, conversar o cantar con Radio Disney mientras manejo al recogerla, ir a la playa, al museo, enseñarle la Catedral de Santiago con sus primas y tias, viajar a ciudades interesantes, hablarle de la pintura de Brito, o simplemente regañarla fuerte porque quiero que sea la mejor, no buena, sino la mejor porque es la única manera de competir en este mundo de supervivencia por selección natural.
No se si hago bien o mal, y el otro día me volvió la duda cuando Carola me dijo que el Huracán Irene iba pa NYC y que ella no quería que ese huracán rompiera la tienda grande de Legos que le enseñó su papá en fotos, y tumbara a la mujer "estuata" de la vela en la mano, que uno cruza en barco pa verla y se mete por dentro de ella. Le dije que tranquila, que Irene no rompería la tienda de Legos ni tumbaría a la Estatua de la Libertad, que se preocupara mas por la pobre gente que vivía en malas condiciones y podrían perderlo todo. Carola me miró seria y me dijo, mom a esa gente después la ayuda Obama y nosotras le mandamos ropa y agua, ¿pero quien cuida a la "estuata" de la mujer con la vela? Y si se rompe la tienda de Legos, nos quedamos sin jugar los niños. Y no me quedó mas remedio que soltarle el discurso que ella tenia razón, pero que yo también, porque no solo tenemos que velar por las cosas del mundo, sino también por la pobre gente que vive en malas condiciones, que eso es justamente lo que tenemos que hacer, unos cuidan las cosas y otros las personas. Carola no me contestó, y a mi no me convenció mucho mi argumento de "los preocupados en unidad", porque a la larga pensaba, que quizás Carola solo se preocupaba por las cosas materiales y olvidaba lo esencial, las personas.
Pero hoy que lo vuelvo a pensar, creo que me preocupo demasiado y que quizás Carola tiene razón, en este mundo necesitamos de quien siembre el árbol y de quien lo cuide, de quien construya y de quien cuide lo construido, de los que cuidamos a las personas, y de los que cuidan el mundo material donde vivimos y que es nuestro hogar. No lo se, si lo vemos de esa manera, quizás ella tiene razón!!! 
Igual si soy una buena o mala madre, solo la vida lo dirá cuando Carola crezca y le toque a ella educar. Porque recuerdo cuando yo era niña que lloraba encerrada en el baño maldiciendo la injusticia de este mundo que me dio una madre tan fuerte como la mía, un padre tan estricto como el mio y una abuela tan dura como la mía -Dio!!, parece el cuento de Blancanieves-. Pensaba que eran malos y mi mayor deseo era que un día yo fuera la madre y ellos mis hijos pa hacerle todo lo que me hacían a mi. Definitivamente Dios no escuchó mis deseos, o la magia no estaba tan avanzada, porque igual nunca se me dio, crecí y ahora que no los tengo a ninguno de los tres conmigo, y crio a Carola, le doy gracias a ellos por haberme educado de esa manera, y yo poder seguir educando a Carola igual. Así que allá en lo profundo, entre mis reproches de culpabilidad materna, está el consuelo de  que Carola algún día lo agradecerá, y como siempre será cuando tenga sus propios hijos, porque ya lo dijo alguien por ahí, solo cuando somos padres, entendemos las acciones de los nuestros cuando eramos niños.¿Carola lo ve de esa manera? No lo sé, pero por lo menos yo lo intento... digo yo.

1 comentario:

  1. Eres una maravillosa madre y Carola una maravillosa hija, aunque a veces forman una combinación explosiva de la que mejor estar lejos! Son un verdadero ejemplo madre-hija a seguir. Maravillosamente envidiables. Las quiero grande.

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