Hay días que me levanto con ese nudo entre el esófago y el estomago, que no lo calma ni el Prilosec, y cada 7 de Febrero desde que salí de Cuba, es irremediablemente uno de esos días. Los demás días son por supuesto, los días de las Madres, de los Padres, 24 de Diciembre, fin de año, cumpleaños de mi padre (EPD), de su muerte, Thanksgiving -que aunque es una celebración gringa, igual me golpea por esa pendejá de agradecerle a Dio nuestras bendiciones y ademas, hacerlo en familia-.
Y justamente eso de agradecerle a Dio es lo que me viene ahora a la cabeza, porque tener a mi madre lejos de mi abrazo me ha cambiado tanto, y no es que me haya vuelto mejor persona, de hecho ni siquiera pienso que lo soy, ni tampoco es que ahora milite fervientemente en alguna organización de apoyo a las madres del mundo, ni siquiera sé si existen organizaciones de ese tipo, simplemente me ha cambiado tanto, hasta el punto de hacerme callos en la coraza que siempre tengo, y a veces la ingratitud me ronda y no puedo ni susurrar un leve agradecimiento a Dio.
Y precisamente hoy andaba rumiando lo de una vez mas constatar que esta distancia me ha cambiado, cuando me di cuenta que algo nuevo pasaba. De pronto, me golpeó el recuerdo de que hoy cuando temprano en la mañana le colgué a mi madre, despues de dejar que Carola hablará bastante con ella y yo solo un poco, por primera vez le habia hablado con premura encabronada, con una premura molesta por callar su voz que me duele y callar mi cabeza. Y lo que mas me jodió era que ese sentimiento no era por la rabia maldita que me corroe las entrañas contra ese régimen de mierda que nos mantiene separadas, ni por el gorrión porque ni siquiera ya ni me acuerdo que tengo gorrión de tanto que lo he adelgazado, ni por escribirle emails y hacer llamadas como un acto reflejo. Me di cuenta que era porque el nudo ya no se me afloja ninguno de los otros 400 días del año!!! Y me di cuenta ademas, que hoy por primera vez hice conciencia, plena conciencia, que realmente solo basta un segundo, un diminuto segundo pa que desaparezcamos, y nunca mas volvamos a abrazarnos mi madre y yo!!! Y digo que hice conciencia, porque aunque perdi a mi padre y a mi abuela, y nunca mas pude abrazarlos, ni siquiera velarlos y enterrarlos, siempre tuve durante estos años la esperanza que eso no sucederia con mi madre. Pero hoy, esa certeza no estaba, y lo que era peor, en su lugar solo estaba otra certeza, la certeza de que en algun momento habia echado andar una cuenta regresiva que me envenenaba la esperanza, y que si esa cuenta regresiva no la paraba, me llevaría irremediablemente hacia un mal desenlace. Y entonces, esa premura encabronada conque le colgué a mi madre, se convirtió en un encabronamiento hasta el arrebato que intentaba reventar por todos los medios posibles, al bicho de mal agüero que había encontrado albergue en ese nudo que tengo entre el esófago y el estomago.
Y por mas que encendí velas e inciensos, que regué humo de tabaco por la casa y que intenté espantar la sombra del día nublado con el canal de música de fiestas del Cable, no logré romper esa sensación de que no solo valen nuestras ansias de reencontrarnos, nuestras fuerzas sacadas de no se donde de seguir caminando hasta abrazarnos, nuestras mutuas frases de aliento pa seguir resistiendo y nuestra paciencia infinita de confiar que el amor todo lo puede pa que finalmente el milagro suceda. Y solo tenia en mi cabeza un tictac regresivo sin pausa que me recordaba que mi madre cumplía 62 años y que cada dia eramos mas viejas, mas gastadas y agrietadas, y que quizas nunca volveriamos a ver ni tan siquiera eso: que cada dia eramos mas viejas, mas gastadas y agrietadas, y que todo quedaría en un batallar por años de lograr un reencuentro que alguien allá arriba, por error, quizas olvidó incluir en nuestro destino.
Se que es cosas de locos y desalientos, pero irremediablemente lo era: material, palpable y real, como el mal presentimiento que te agarra cualquiera mañana después de dormir como un buen oso y de ni recordar que soñaste, pero que irremediablemente lo tienes ahí como un mal sabor después de una pizza de cebollas y mucho pan de queso con ajo. Lo tienes ahí!!!... Y lo tienes tan "ahí", que no puedes borrarlo con un simple Padrenuestro, una larga oración de peticiones a tu Santo o con un buen espolvorazo de cascarilla y "espray" de agua bendita. Simplemente lo tienes ahí!!!
Así que hoy mientras estaba parada mirando llover en este Mayami de inviernos raros, indefensa, cansada, y con la certeza de lo peor rondando entre los números de mi cuenta regresiva imaginaria, sólo cerré los ojos y le pedí, a cualquiera que estuviera de guardia allá arriba en ese momento, que por favor si pudiera hiciera trampa y pusiera de primerita en la pila de papeles que tiene que firmar el Jefe Celestial, mi petición de reencuentro con mi madre que hoy cumple 62 años, y 12 separada de mi... que lo hiciera rápido antes de que definitivamente e irreparablemente la desesperanza se acurrucara en confianza en ese nudo que tengo entre el esófago y el estomago. Y después pa terminar solo dije: por favor, porque Amen ya me resultaba hasta pretencioso... digo yo!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario